10.02.2012

Carmen

Llevar a una española a ver la opera Carmen, siempre es un riesgo.
Y si además ella, no solo tiene en la retina la película de Saura, la de Aranda o el ballet de Bizet, si no que participo como extra en la opera y se la sabe de memoria. Aun más arriesgado.

Se trata de una versión extremadamente sencilla. Presentada por en Symphony Space y tocada por un único piano. Lo que adelanta ya que las voces y la música son lo importante, no la escenografía ni el vestuario. Además se representa en un escenario de concierto. Un escenario desnudo, de fondo negro en el que los gitanos y soldados se mueven ágilmente añadiendo, simplemente, pequeños elementos para mostrar la taberna o la cueva.

Buenas voces todas. Potentes y hermosas aunque no diría que del nivel de las grandes operas. Solo los dos protagonistas poseían la fuerza y capacidad interpretativa como pasar al siguiente escalón. Carmen mostraba un desparpajo y José, algo más incrédulo de lo que se suele perfilar, una pasión y energía que conseguían emocionarte.
Admiro la capacidad del piano de, el solito sostener toda una opera. Y así es, un único instrumento es capaz de transmitir toda esta historia.

Hubo un detalle que no tengo claro y otro que no les puedo perdonar.
Se trata de una opera en cuatro actos, agrupada en dos y cantada en su idioma original, francés,  con breves incursiones del ingles. Aunque no cortaba la historia, si eran momentos de cierto desconcierto y desconozco si era por reducir la extensión de la obra, por ser partes que musicalmente no se podían asumir con un único instrumento o por alguna otra razón pero, creo que es meter un elemento extraño en una obra maravillosa y yo hubiera preferido recortar esas partes sin interrupciones en otro idioma.
Pero el detalle que inexcusable y que desmejora la obra es la elección del TORERO. Un personaje de garra y carisma que aquí queda disminuido a una voz potente pero sin pasión. A pesar de no ser una representación exhaustiva de la opera, si se estaba interpretando el argumento y los dos protagonistas tiene grandes dotes que consiguen emocionarte. Por lo que, este cantante pagado de si mismo, que miraba más al público que a Carmen…bajaba la intensidad de sus escenas.

Es una Carmen sin opulencias pero sincera. Amada por cada uno de los artistas que lo representan, pasión que consiguen transmitirte y que por ello, supera la prueba de esta espectadora ESPAÑOLA. 

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